martes, 15 de mayo de 2012

No leer III





Son aviadores de otro tiempo sumergidos en el abismo.
Son viejos nihilistas obstinados en salvarte la vida.
Son enterradores bohemios de sonrisa petrificada.
Son niños prodigio vencidos por la inmisericorde soledad.
Son unos terroristas silenciosos esperando su oportunidad.
Son unos triunfadores venidos a menos.
Son los vigilantes de nuestra libertad.

Son unos bastardos con buenas intenciones.
Son unos hombres lobo arrastrados por la melancolía.
Son unos soñadores buscando la venganza más despiadada.
Son unos suicidas perseverantes.
Son unos enamorados pendientes de la solución final.
Son unos héroes remotos.

Son los que nos separan irremediablemente.
Sí, son todos ellos los que nos separan irremediablemente.
Los ladrones que nos roban la vida lentamente.

Son los cronistas de la nada corriendo en busca del burro volando.
Son unos feriantes dementes amantes del silencio glacial.
Son matasanos fatigados y desconsolados, siempre portadores de malas noticias.
Son poetas embrutecidos y cercenados por el pensamiento positivo.
Son tamborileros descalzos caminando hacia el abismo.
Son banqueros funambulistas y adictos al crack. 

Son los que nos separan irremediablemente.
Sí, son todos ellos los que nos separan irremediablemente.
Los ladrones que nos roban la vida lentamente.

Son unos borrachos atenazados por su lucidez.
Son unos vendedores de quebradizas emociones.
Son unos pervertidos abrasados por la aplastante rutina.
Son figurantes prepotentes.
Son unos héroes despectivos que prefieren vivir sin hacer historia.
Son los jóvenes antisistema abandonados en la cuneta.
Son saltimbanquis derrotados por nuestro pesimismo.
Son aventureros con la mente inerte.

Son los que nos separan irremediablemente.
Sí, son todos ellos los que nos separan irremediablemente.
Los ladrones que nos roban la vida lentamente.

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