martes, 19 de junio de 2012

Terrores nocturnos


   La sensación de que todo funciona según lo previsto puede provocar la supremacía de la felicidad en la mayor parte de las personas. Pero hay un sector que aún resiste al invasor y, en ellos, esa sapiencia evoca angustia, angustia que se incrementa al saber que no hay motivos para tenerla. Porque todo va bien. Y, mientras las sábanas se enrollan en sus piernas, son concientes de la paranoia de su cerebro al imaginar cómo podría desmoronarse cada pilar que sostiene su inexorable existencia. La forma de protegerse ante ese absurdo siempre es centrando las ideas en convencerse de que lo bueno no siempre lo es, y que la felicidad es fingida, o que la propia felicidad es la paranoia. Y así hasta que el agotamiento cierra sus párpados. Probablemente sólo dure una noche, y la espiral no continúe hasta una nueva temporada de subida endorfinas. Porque todo va bien, de momento.  

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