jueves, 9 de febrero de 2012

Experimento nº3. Escarlata o cómo saltar un cadáver.





Estaba por todas partes. Salpicaba el hule blanco dejando un rastro de gotitas minúsculas color escarlata mientras resbalaba hacia el suelo. En el cristal con cenefa ochentera ya se había secado, y, total, una mancha ahí tampoco era una tragedia. Pero el suelo… el suelo era otro cantar. La sangre se había extendido hasta la puerta de la cocina, comenzando a secarse en las zonas más finas del charco y cubriendo, casi por completo, el cable de toma de la televisión. Seguro que se ha estropeado y ahora ya no puedo ver el telediario mientras desayuno. Su cuerpo yacía inerte envuelto en esa bata verde con ribete de conejitos, horrible, y con la misma mancha de pasta de dientes de la semana anterior. Las 8:30. Iba mal de tiempo para un asesinato. Pues yo no he sido, así que me voy a trabajar. Alargué la pierna para poder atravesar el salón y entrar en la cocina mientras advertía los orificios de arma blanca que se vislumbraban entre el pijama y la bata. Conté hasta ocho heridas repartidas entre su pecho y las ingles, parecían hechas con un puñal. Una vez en la cocina tropecé con el cuchillo ensangrentado. Joder, era de mi madre, verás como encima me riñe. Me eché un café cargado. La sangre se va a quitar fatal de las juntas, más si se seca. Podía limpiarlo mi compañera. Ay no, que está muerta.


Música por Hannah Hoch

Texto por Holly Golightly



2 comentarios:

Unknown dijo...

quiero tatuarme un rastro de gotitas minúsculas color escarlata

Hannah Höch dijo...

Mmmm qué color!