miércoles, 12 de octubre de 2011

Nigel Barley - El antropólogo inocente (1989)

"En este viaje me senté frente a un ingeniero agrónomo alemán que se dirigía al norte para iniciar la segunda temporada de servicio. Según me reveló, tenía a su cargo un proyecto encaminado a fomentar el cultivo del algodón de cara a la exportación. Esta materia se comercializa a través de un monopolio estatal y de ella se obtienen unas divisas muy necesarias, por eso su producción está muy protegida por el gobierno central. ¿Había tenido éxito? Mucho: en realidad la gente se había dedicado tanto al algodón que habían dejado de cultivar alimentos, los precios se habían disparado y el hambre sólo había sido evitada gracias a la intervención de la Iglesia. Por extraño que parezca, no daba la impresión de hallarse en absoluto deprimido por esta consecuencia, sino que más bien la interpretaba como un signo de que el algodón había echado raíces en el país.

Durante el tiempo que pasé en Camerún conocí a muchos especialistas de este tipo, algunos de los cuales me acusaron amargamente de ser un ¨parásito de la cultura africana¨. Ellos estaban allí para compartir conocimientos, para cambiar la vida de la gente. Yo lo único que pretendía era observar, y con mi interés podía alentar las supersticiones paganas y el atraso. A veces, durante las silenciosas vigilias nocturnas, yo también pensaba en ello, lo mismo que en Inglaterra había dudado del sentido de la vida académica. No obstante, en la práctica parecía que los resultados que obtenían eran mínimos. Por cada problema que resolvían, creaban otros dos. Tenía la impresión de que los que afirmaban ser los únicos poseedores de la verdad eran los que más debían inquietarse por el trastorno que causaban en la vida de los demás. Aunque sólo sea por eso, del antropólogo se puede decir que es un trabajador inocuo, pues el oficio tiene como uno de sus principios éticos interferir lo menos posible en lo que uno observa.

Tales pensamientos acometen al investigador de campo mientras consume interminables plátanos en un tren."

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