miércoles, 1 de septiembre de 2010



Los relojes me quieren mal / como al hacer el amor por dinero / me venden un tiempo gastado, / una botella que sólo guarda / el perfume de su licor. // Y así, un vaso de fiebre, / un largo termómetro / como el brazo pálido de un muerto, / me hunden en los sueños sin retorno, / me arrancan el rostro como a un / derrotado boxeador.


(Síndrome nº 3)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,

te sigo desde hace tiempo y creo que es bueno lo que escribes. Coordino junto con otro grupo de jóvenes una revista cultural y creo que algunos de tus textos podrían tener cabida en ella. Si te interesa, escribe a revista.lacuerva@hotmail.com y te informo un poco más. Un saludo

Silvia

Anónimo dijo...

Tan sólo te diré que llevo más de 30 jodidos minutos intentando crear un comentario digno de este maldito poema, (pensarás que me preocupo demasiado por mi pobre alma, me imagino) pero soy incapaz.

Me has vencido amig@, eres la ostia en vinagre...

Anónimo dijo...

Bueno, visto lo visto, he de decir que esto no es mío, si no del que se nombra debajo del poema.

Fdo. Benditosmordiscos.

Anónimo dijo...

Ah claro, se me olvidó escribir el nombre del autor... Es Félix Francisco Casanova.


Fdo. benditosmordiscos.